Palabras cortadas

El silencio. Mi respiración.

El sonido de mis entrañas en la oscuridad de la noche.

La luz de una vela que me salva de las sombras.

El miedo a perderme. La sensación de vacío.

El abandono. El quererte demasiado. El quererte mal.

Las palabras que no dicen nada. Son ruido.

Mis ojos que se cierran una vez más para intentar aclarar las preguntas.

Murmullos. Murmullos entre los espacios que quedan sin nada.

Golpes sordos que me despiertan del anhelo. El que siento al pensarte.

Despacio. Despacio siento el peso del aire en mi pecho. El que duele.

Rápido. Rápido borro las vocales de mis labios. Los gestos del desamor.

Música en mi cuerpo. El ritmo de mis venas al compás de mi corazón. Acelerado.

Destellos. Luces de mis ideas que flotan por la habitación. Aún no tienen nombre. Aún no tienen dueño. Se desesperan.

Juego con las sabanas. Entrelazo mis dedos en ellas buscando explicaciones.

Mis pies. Fríos.

Mi pelo, que cae lacio por mis hombros. Me enreda. Me abraza. Me esconde.

Me escondo. Me escondo de tu mirada. De tus pupilas clavadas en las mías.

Las que me desnudan y me cohiben.

Vuelvo a ser niña. La niña que llora entre tus brazos. La que ríe.

El tiempo que nos da y nos quita.

Escombros, los que quedan arrinconados para ser olvidados.

Mi vida. La tuya. La nuestra.