Batallas perdidas

Volvemos a lo viejo. A lo olvidado. Al polvo y a las cenizas.

Para revivir lo muerto, lo vivido, que se queda embarrado después de la lluvia caída. Cuando los años pasan, Y las personas, después de caídas, renacen.

Como en aquellos amaneceres donde vimos nuevas luces que escalaban montañas. Para ver nuevos horizontes. Para llegar aún más lejos, más altos, para clavar banderas y no ser olvidados.

Buscando los olores nuevos. Para crear nuevas estrellas en este cielo que se pone ante nosotros. Llamándonos al infinito. Con total plenitud.

Y aún me postro ante esta vida que llega. Sin avisar.

Y aún me caigo ante el pasado que viene a llamar a mi puerta cuando aún estoy dormida.

Y todavía lloro por lo perdido y lo que está por perder.

Aquellas batallas sentenciadas a muerte. Pero que a pesar de todo se luchan como la primera.

Porque así somos, almas perdidas que vuelcan su cabeza en el olvido, ante aquellas que aún no nacidas nos marcan futuro.

Porque sois vosotros los que clamáis victorias a lo desconocido. Y gritáis ante aquellos soldados que mucho antes que nosotros yacieron por ti.

Y aún no sé por qué me disculpo. Si ni siquiera sé por qué te fuiste.

Déjame dudarlo un instantes antes de que me despierte. Antes de que siga luchando y me deje caer en la misma tierra donde nuestros hermanos murieron.

Déjame que lo repita una vez más. Y me deje ser, aquí mismo.

A su lado. Al tuyo.

Para ser nosotros mismos y perdernos en nuestro propio destino.