A ti
Regalemos noches en vela con sueños de valientes
Regalemos silencios de esos que no duelen.
Deja que me mezcle en tu sonrisa, que la luz de esta luna es peligrosa y la oscuridad me da la suficiente confianza como para darte un beso de más.
Como para ser yo la que te regale esta vez caricias sin necesidad de ser mañana.
Deja que te cuente las historias de mi pasado sin dejar de ser yo misma.
Deja que te cuente las historias de cuando fui. De cuando quise ser.
De las que están a medias... Y aún me derrumbas ente carcajadas.
Las que se deconstruyen paso a paso, a cada zancada de gigante que das sin ningún rumbo y sin ningún sentido.
Indica qué camino sin destino hemos de tomar para llegar a ese no sé dónde que tanto desean nuestras ganas. Ese yo que sé que no sé nada pero sabes todo. En ese que me pierdo y yo ya me he hecho un lío.
Porque ayer sabía quién era y ahora me dejaste sin aliento en medio de esta, mi vida, que ya no me imagino sin tu punto de locura. Esa locura tan tuya que se entrevé en tus maneras extraordinarias de ver el mundo.
Ese mundo que yo nunca supe existía y ahora se ve tan exquisito.
Esas ganas de probarlo. De probarte. Saborearte.
Hasta dejarte seco de experiencias y quedarme aún con ganas de más.
Insaciable de vida tuya. Y más tuya. Y es que quiero más. Y no me canso de pedirte.
Y es que estoy loca. Loca de desear lo indeseable y construir torres que me lleven a tus ciudades del cielo.
Y volar hasta caer en picado.
Y en un grito desplomarme y ser contigo todo.
XIII